Las desagradables sorpresas inflacionarias se siguen generando en la economía mundial. En febrero, los precios al consumidor en México mostraron un avance mensual de 0.83 por ciento, el mayor registro desde noviembre pasado, y la tasa más alta para un segundo mes desde el 2000. La inflación a los consumidores registró un nuevo repunte y según cifras del INEGI se ubicó por arriba del pronóstico del mercado en 7.28 por ciento a tasa anual.
La situación que ha empeorado el panorama, es la incertidumbre que genera el poco avance en la ronda de conversaciones entre diplomáticos rusos y ucranianos, lo que ha derivado en el alza del precio del petróleo a más de 110 dólares por barril; el oro volvió a superar los 2 mil dólares por onza, para cotizar en 2 mil 8.53 dólares; el precio del trigo subió 0.54 por ciento a 12.08 dólares por bushel, esto al 10 de marzo. Según el Banco Base, las materias primas retoman su tendencia al alza, ya que sigue la incertidumbre sobre el suministro proveniente de Rusia, lo que aumenta la volatilidad de los precios.
El Banco de México, encargado de la política monetaria del país tiene la responsabilidad de evaluar los mercados laborales en la idea de corroborar que la alta inflación se está acomodando en las demandas salariales de los trabajadores, es decir, que los salarios también están subiendo. Sin embargo, la realidad es que la alta inflación perjudica a los trabajadores, porque su incremento ha sido superior al crecimiento de los salarios. En este contexto, los trabajadores son los que más tienen que perder, porque a medida que aumentan los precios, los salarios reales caen.
El economista Óscar Rivas Inzunza señala que en Sinaloa existe un problema en el tema salarial que es particular, tiene que ver con el salario base de cotización en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que, por ser una entidad agrícola, el referente sobre lo que se registra en la parte patronal ubica a la entidad en el último lugar, por debajo de entidades como Oaxaca o Guerrero.
“Nosotros hemos hecho un llamado muy importante a todas las cámaras empresariales de todos los sectores económicos, a CODESIN, que es un actor importante en esto; para cambiar el modelo económico de Sinaloa, que es un modelo que depende de tres o cuatro empresas del sector terciario”, detalló.
¿POR QUÉ SINALOA TIENE LOS SALARIOS MÁS BAJOS?
En primer lugar, por ser zona agrícola en su momento convino a los agricultores que se clasificara a Sinaloa con un salario base bajo, sin una justificación más allá de tener competitividad en el tema de la contratación de los trabajadores; pero el economista explica, a esto se suma el factor de la productividad.
Según datos del IMSS el 61.3 por ciento de las personas ocupadas en la entidad están empleadas en actividades relacionadas con comercio y servicios, mientras que el 16.5 por ciento están en actividades agropecuarias. Óscar Rivas manifiesta que el sector comercio no agrega valor, lo que deriva también en un gran problema de inflación.
“Si yo te vendo una pluma. Yo la compré a 10 pesos y te la vendo a 15, no estoy agregando valor a la pluma, le estoy agregando valor a transacción, por lo que el tener la pluma es más caro cada vez. Sinaloa no tiene una industria que provea de valor agregado, por lo que estamos observando”, explica.
Rivas Inzunza dice que se necesita transitar a una economía de innovación, pero no se está haciendo. Señala que la entidad depende del empleo y de los salarios que imponen cuatro empresas, porque no hay mayores opciones para los estudiantes de las universidades públicas, de los centros tecnológicos, de tal manera que se tiene un desfase complicado.
“Mientras no transitemos a una economía que agregue valor a la actividad primaria, que depende en gran medida de: ‘yo vendo maíz recibo un dinero, me compro productos que vienen importados al Estado, desde carros, desde computadoras, desde todo lo que sea necesario’, entonces, al final de cuentas no voy a poder generar un mayor nivel de productividad, y no voy a generar mayor nivel de ingreso en la sociedad del estado”, señala.
El economista dice que, para poder aumentar el nivel de ingreso en Sinaloa, se necesita de la productividad. Se tiene que buscar invertir en la tecnología, buscar hacer un ecosistema de innovación, sectores que han crecido mucho, pero que desafortunadamente no tienen respaldo suficiente en la entidad.
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