noviembre 24, 2024

Liderazgo femenino busca “preservar la vida” por encima de intereses económicos

La estrategia de respuesta al COVID-19, es uno de los ejemplos más tangibles que tenemos como sociedad global, en cuanto a las formas de liderazgo femenino en el mundo.  Después de los análisis sobre la forma de actuar de las lideresas de países como Alemania, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda y Taiwán, algunas conclusiones indican que el liderazgo femenino tiene una tendencia “a preservar la vida por encima de procesos económicos”, tal como lo expresó la experta en Relaciones Internacionales, Itzel Barrera de Diego del ITESM Campus Santa Fé.

Aunque otros países como Singapur y Corea del Norte, que son liderados por hombres, también se destacaron por tener “mejores prácticas” en el control del virus, el factor en común de éxito de las estrategias estuvo en la reacción inmediata y en un monitoreo confiable de las estadisticas, acciones que también se relacionan a la experiencia previa del H1N1 en 2009.

En México la participación de mujeres en puestos de liderazgo es cada vez mayor, mientras en el año 2000 había tan solo 85 alcaldesas, en 2020 ya suman 545 a nivel nacional de los 2,400 municipios del país según datos de la AMMAC.

Entre sus resultados, la disminución de la violencia es un factor común, como en el caso de Aguascalientes, donde la alcaldesa Teresa Jiménez ha logrado que la percepción de seguridad sea la más alta del país con 57.6% (INEGI), además de aplicar medidas estratégicas como la cancelación de las actividades del Aniversario de la Ciudad, para destinar los recursos al apoyo de comerciantes, pequeñas y medianas empresas, meseros y taxistas, como sectores vulnerables.

Otras líderes femeninas, como Claudia Sheinbaum en CDMX y Claudia Pavlovich en Sinaloa, forman parte del top 10 de gobernadores en México. Según el estudio de Forbes, que mereció la portada en febrero de este año, se muestra que, mientras el liderazgo masculino está orientado al resultado y a la métrica, las mujeres lideran evaluando los procesos y definiendo los “cómos”, de modo que sus equipos suelen ser más eficientes y autónomos porque están enfocados en “comprender” la misión para lograr el resultado.