noviembre 23, 2024

¿Has tenido ganas de comer yeso, papel o cabellos? Podrías tener síndrome de Pica

No hay claridad sobre las causas que provocan este trastorno

El síndrome de Pica es un trastorno alimentario y de la ingestión de alimentos que consiste en comer productos que no son nutritivos ni alimentarios, como tierra, papel, cabello, arena, ropa, piedras y yeso, por mencionar algunos.

Dicha situación tiene consecuencias diversas para el organismo, afirmó la coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, de la Facultad de Medicina de la UNAM, Elvira Sandoval Bosch.

“Desgraciadamente no hay muchos estudios al respecto para decir qué porcentaje de la población presenta este síndrome”, aseveró la especialista.

Problemas de ansiedad y estrés podrían generarlo
Aunque no hay claridad sobre las razones por las que las personas comen estos productos, se ha relacionado con algunas deficiencias nutricionales, problemas de ansiedad o estrés.

También, se ha observado en personas con anorexia, así como con espectro autista, y en quienes tienen esquizofrenia. Aunque se había asociado más con los niños, se puede presentar en cualquier grupo poblacional.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5 (DSM-5) para ser considerado síndrome de Pica las personas deben ser mayores de dos años, consumir productos no nutritivos ni alimentarios al menos durante un mes, y que no formen parte de una práctica culturalmente aceptada, expuso la doctora en Ciencias de la Salud.

Algunos estudios relacionan el síndrome con las mujeres embarazadas con deficiencia de hierro, zinc o calcio, aunque no son concluyentes.

Consecuencias del síndrome de Pica

“Puede haber afectaciones en la cavidad oral y romperse los dientes; en el tracto digestivo puede haber alteraciones físicas. Hay quienes comen vidrios o navajas y eso puede generar alguna laceración interna muy grave.

“Hay productos que no son digeridos y así como entran son eliminados, pero otros como el cabello se quedan atorados formando bezoares (masa sólida indigerible), generalmente en el estómago, y en ocasiones, en el intestino delgado, causando obstrucción. Para retirarlos se requiere de procedimientos quirúrgicos”, alertó la académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina.

El nombre de este trastorno deriva del latín pica pica, que quiere decir urraca, ave conocida por consumir sustancias incomestibles y robarlas, como ritual de cortejo.

Hay que ir a terapia

Sandoval Bosch expuso que este síndrome debe ser diagnosticado por psicólogos o psiquiatras y generalmente se atiende por un equipo multidisciplinario conformado por estos especialistas quienes proporcionan terapia cognitivo-conductual, así como nutriólogos quienes atienden el impacto del trastorno.

“Se les hace una valoración completa de su estado nutricional -estudios bioquímicos- y si se encuentra deficiencia de algún nutriente, se suplementa. De manera paralela se observa si no hay algún trasfondo de ansiedad o estrés que genere esta conducta compensatoria”, indicó.

Por último, expuso que comerse los mocos puede ser una manifestación del síndrome de Pica, pero hay que distinguir cuando se trata de una conducta sin control o una acción momentánea que puede corregirse si se explica a los niños que es inadecuado.

“No por una vez que lo hagan ya tienen el síndrome. Tiene que ser una conducta con frecuencia, en el último mes y que no pueda parar”, recalcó.

Fuente: Novedades Yucatán

No hay claridad sobre las causas que provocan este trastorno

El síndrome de Pica es un trastorno alimentario y de la ingestión de alimentos que consiste en comer productos que no son nutritivos ni alimentarios, como tierra, papel, cabello, arena, ropa, piedras y yeso, por mencionar algunos.

Dicha situación tiene consecuencias diversas para el organismo, afirmó la coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, de la Facultad de Medicina de la UNAM, Elvira Sandoval Bosch.

“Desgraciadamente no hay muchos estudios al respecto para decir qué porcentaje de la población presenta este síndrome”, aseveró la especialista.

Problemas de ansiedad y estrés podrían generarlo
Aunque no hay claridad sobre las razones por las que las personas comen estos productos, se ha relacionado con algunas deficiencias nutricionales, problemas de ansiedad o estrés.

También, se ha observado en personas con anorexia, así como con espectro autista, y en quienes tienen esquizofrenia. Aunque se había asociado más con los niños, se puede presentar en cualquier grupo poblacional.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5 (DSM-5) para ser considerado síndrome de Pica las personas deben ser mayores de dos años, consumir productos no nutritivos ni alimentarios al menos durante un mes, y que no formen parte de una práctica culturalmente aceptada, expuso la doctora en Ciencias de la Salud.

Algunos estudios relacionan el síndrome con las mujeres embarazadas con deficiencia de hierro, zinc o calcio, aunque no son concluyentes.

Consecuencias del síndrome de Pica

“Puede haber afectaciones en la cavidad oral y romperse los dientes; en el tracto digestivo puede haber alteraciones físicas. Hay quienes comen vidrios o navajas y eso puede generar alguna laceración interna muy grave.

“Hay productos que no son digeridos y así como entran son eliminados, pero otros como el cabello se quedan atorados formando bezoares (masa sólida indigerible), generalmente en el estómago, y en ocasiones, en el intestino delgado, causando obstrucción. Para retirarlos se requiere de procedimientos quirúrgicos”, alertó la académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina.

El nombre de este trastorno deriva del latín pica pica, que quiere decir urraca, ave conocida por consumir sustancias incomestibles y robarlas, como ritual de cortejo.

Hay que ir a terapia

Sandoval Bosch expuso que este síndrome debe ser diagnosticado por psicólogos o psiquiatras y generalmente se atiende por un equipo multidisciplinario conformado por estos especialistas quienes proporcionan terapia cognitivo-conductual, así como nutriólogos quienes atienden el impacto del trastorno.

“Se les hace una valoración completa de su estado nutricional -estudios bioquímicos- y si se encuentra deficiencia de algún nutriente, se suplementa. De manera paralela se observa si no hay algún trasfondo de ansiedad o estrés que genere esta conducta compensatoria”, indicó.

Por último, expuso que comerse los mocos puede ser una manifestación del síndrome de Pica, pero hay que distinguir cuando se trata de una conducta sin control o una acción momentánea que puede corregirse si se explica a los niños que es inadecuado.

“No por una vez que lo hagan ya tienen el síndrome. Tiene que ser una conducta con frecuencia, en el último mes y que no pueda parar”, recalcó.

Fuente: Novedades Yucatán

No hay claridad sobre las causas que provocan este trastorno

El síndrome de Pica es un trastorno alimentario y de la ingestión de alimentos que consiste en comer productos que no son nutritivos ni alimentarios, como tierra, papel, cabello, arena, ropa, piedras y yeso, por mencionar algunos.

Dicha situación tiene consecuencias diversas para el organismo, afirmó la coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, de la Facultad de Medicina de la UNAM, Elvira Sandoval Bosch.

“Desgraciadamente no hay muchos estudios al respecto para decir qué porcentaje de la población presenta este síndrome”, aseveró la especialista.

Problemas de ansiedad y estrés podrían generarlo
Aunque no hay claridad sobre las razones por las que las personas comen estos productos, se ha relacionado con algunas deficiencias nutricionales, problemas de ansiedad o estrés.

También, se ha observado en personas con anorexia, así como con espectro autista, y en quienes tienen esquizofrenia. Aunque se había asociado más con los niños, se puede presentar en cualquier grupo poblacional.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5 (DSM-5) para ser considerado síndrome de Pica las personas deben ser mayores de dos años, consumir productos no nutritivos ni alimentarios al menos durante un mes, y que no formen parte de una práctica culturalmente aceptada, expuso la doctora en Ciencias de la Salud.

Algunos estudios relacionan el síndrome con las mujeres embarazadas con deficiencia de hierro, zinc o calcio, aunque no son concluyentes.

Consecuencias del síndrome de Pica

“Puede haber afectaciones en la cavidad oral y romperse los dientes; en el tracto digestivo puede haber alteraciones físicas. Hay quienes comen vidrios o navajas y eso puede generar alguna laceración interna muy grave.

“Hay productos que no son digeridos y así como entran son eliminados, pero otros como el cabello se quedan atorados formando bezoares (masa sólida indigerible), generalmente en el estómago, y en ocasiones, en el intestino delgado, causando obstrucción. Para retirarlos se requiere de procedimientos quirúrgicos”, alertó la académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina.

El nombre de este trastorno deriva del latín pica pica, que quiere decir urraca, ave conocida por consumir sustancias incomestibles y robarlas, como ritual de cortejo.

Hay que ir a terapia

Sandoval Bosch expuso que este síndrome debe ser diagnosticado por psicólogos o psiquiatras y generalmente se atiende por un equipo multidisciplinario conformado por estos especialistas quienes proporcionan terapia cognitivo-conductual, así como nutriólogos quienes atienden el impacto del trastorno.

“Se les hace una valoración completa de su estado nutricional -estudios bioquímicos- y si se encuentra deficiencia de algún nutriente, se suplementa. De manera paralela se observa si no hay algún trasfondo de ansiedad o estrés que genere esta conducta compensatoria”, indicó.

Por último, expuso que comerse los mocos puede ser una manifestación del síndrome de Pica, pero hay que distinguir cuando se trata de una conducta sin control o una acción momentánea que puede corregirse si se explica a los niños que es inadecuado.

“No por una vez que lo hagan ya tienen el síndrome. Tiene que ser una conducta con frecuencia, en el último mes y que no pueda parar”, recalcó.

Fuente: Novedades Yucatán