noviembre 24, 2024

Durazo gana Sonora; a Gándara no le alcanzó la alianza, ni la declinación de Bours

Ambos candidatos encabezaron actos masivos para festejar el triunfo, pero solo uno tenía los números para hacerlo. 

Alfonso Durazo ganó Sonora. Ni la unión del PRI y PAN, los enemigos históricos en el estado para postular a Ernesto Gándara como su candidato, ni la declinación a su favor del candidato de Movimiento Ciudadano, Ricardo Bours, 20 días antes de la elección pudo detener la aplanadora electoral de Morena y la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador en el estado. 

El único exsecretario de Estado que participó en los comicios en su estado natal mantuvo ventaja durante toda la campaña, y en las urnas consiguió 51% de los votos, contra 36% de Gándara, de acuerdo con el al avance de 83% de actas capturadas en el Programa de Resultados Electorales Preliminares.  

Aunque la diferencia horaria dio estos números hasta la madrugada, ambos candidatos encabezaron actos masivos para festejar el triunfo, pero solo uno tenía los números para hacerlo. 

Durazo siguió el avance de la jornada desde su oficina en Hermosillo y se enteró de la tendencia a su favor primero con la encuesta de salida de El Financiero y los resultados de Mitofsky lo confirmaron, porque, según su equipo, no contrataron encuestadoras para conocer las tendencias.  

Sin embargo, ya desde la mañana, Morena preveía el triunfo y su respectivo acto de festejo. Por eso es que cuando Durazo acudió a votar dijo a reporteros que a las 20 horas “daría un mensaje” en la plaza Emiliana de Zubeldía, en el centro de Hermosillo, el mismo sitio en el que cerró su campaña ocho días antes. 

Esta vez los sonorenses no actuaron como en las últimas dos elecciones donde dieron el triunfo al panista Guillermo Padrés y la priista Claudia Pavlovich, quienes se habían mantenido en segundo lugar en preferencias, pero el día de la votación remontaron y ganaron. Esta vez Gándara sí obtuvo el resultado que preveían las encuestas que siempre lo ubicaron con 10 puntos debajo de Durazo. 

La ventaja, probablemente, tiene parte de explicación en que toda la campaña mantuvo dos mensajes centrales: evitar que el estado fuera gobernado por “los mismos de siempre” y llevar al norte a “la cuarta transformación” encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya presencia en el estado se nota con los programas sociales que llegaron por primera vez a todo el país y por los recorridos a cada municipio que sentaron las bases para la conformación de Morena por más de una década. 

El equipo de estrategia de la campaña de Durazo tuvo muy claro que la marca López Obrador tenía suficiente peso que ayudaría al candidato, sobre todo porque fue un secretario de Estado cercano al presidente. 

“No se puede negar algo: en Sonora la gente quiere al presidente. Ese ánimo de que las cosas cambien en Sonora como lo está haciendo a nivel nacional” es lo que dio el triunfo a Durazo, dijo María Dolores del Río, una pieza clave en la campaña y a la que se sumó después de renunciar a Movimiento Ciudadano.

El exsecretario también lo dejó en claro en el discurso de la victoria: “El pueblo de Sonora ha abierto las puertas de par en par a la cuarta transformación, ha triunfado la opción del cambio verdadero. (…) Esta lucha ha valido la pena al ver a nuestro presidente Andrés Manuel López obrador en la presidencia y al ganar la gubernatura del estado”. 

Los dos festejos 

Antes que la casilla abriera operación en la escuela Abelardo L. Rodríguez, en la colonia Loma Linda, ya había más de una centena de personas haciendo fila. Cuando Alfonso Durazo, el candidato de Morena a la gubernatura, llegó ahí, los vecinos lo reconocieron sobre todo, porque inmediatamente fue rodeado por cámaras y reporteros. 

Él y su contrincante, el candidato del PRI y PAN, Ernesto Gándara, esperaron turno en la casilla como el resto de los votantes y evitar posibles críticas si hubiesen optado por, literalmente, saltarse la fila. 

Durazo, con su esposa, Rocío Chávez y sus hijos María y Alfonso, esperaron una hora para votar. Vestidos de blanco, como en el resto de la campaña, llegaron alrededor de las 8:30 de la mañana, cuando la temperatura ya alcanzaba los 33 grados. 

Él, con lentes oscuros respondiendo a las entrevistas de todos los reporteros mientras hacía fila, sonriendo apenas lo que su personalidad calmada le permitió, saludando frente a las cámaras, medianamente acostumbrado a la exposición mediática después de tres meses de campaña, y posando en las fotos que algunos cuantos le pedían. 

Ni él ni su contrincante, Ernesto Gándara, que había votado minutos antes, tuvieron alguna otra actividad pública sino hasta después de cerradas las casillas. El equipo de Gándara citó a conferencia de prensa a las 18:30 horas en el Hotel Gándara, propiedad del candidato y que sirvió de casa de campaña durante el proceso. 

En un pequeño salón abarrotado por reporteros, los líderes de los partidos que conformaron la alianza Va por Sonora, PRI, PAN y PRD, se decían contentos porque las tendencias les daban el triunfo, como acostumbran todos los contendientes en las elecciones mexicanas, pero sus rostros parcos demostraban lo contrario. 

 “Hacemos un llamado a los ciudadanos y a nuestros representantes de casillas para estar muy atentos en el conteo y cuidado de las boletas. Hacemos responsables al gobierno federal y a la Guardia Nacional de los traslados de las boletas para el cómputo de los paquetes electorales”, decía el presidente del PRI, Ernesto de Lucas Hopkins. 

Por eso les preguntaron si acudirían a tribunales si los resultados no les favorecían, pero el presidente del PAN, Ernesto Munrro, respondía que “con las actas ahí se verá y si saliera adverso y es contundente, no tenemos nada que alegar, pero nosotros creemos que ganamos con las encuestas de salida”. 

  • ¿Se va a respetar la decisión? 
  • Pero por supuesto. Esto es de ganar o perder y hay que saber ganar y hay que saber perder. Ahorita nos sentimos ganadores y vamos a esperar que lleguen las actas”, remató.  

Morena en cambio, no organizó ninguna conferencia de prensa. Esperarían hasta el “mensaje público” que el candidato daría a las 20 horas. Llegó después de conocer el resultado de la encuesta Mitofsky, aunque desde la mañana sentían el triunfo, dijo María Dolores del Río, una política cuya trayectoria comenzó en el PAN, que la llevó a la presidencia municipal de Hermosillo en 2003 y a buscar la candidatura de su partido por la gubernatura en 2009, donde fue elegido Guillermo Padrés. 

“El ánimo social se sentía desde días antes y desde la primera encuesta del Financiero salió, constatamos lo que las encuestas internas nos decían, lo que vivimos en la calle, lo que se siente. Sabíamos que los ciudadanos iban a proteger este proyecto como al final sucedió”, respondió del Río tras posar en decenas de fotos con simpatizantes. 

El acto comenzó con el mariachi tocando el Son de la negra que animó a los pocos asistentes aún en la plaza, pero 15 minutos, ya había centenas. Para la llegada de Durazo, los gritos y euforia ensordecían. “Gobernador, gobernador”, azuzaba el maestro de ceremonia al micrófono, grito que continuaban los asistentes, sobre todo los uniformados con playeras y chalecos guindas de Morena. 

“Ya ganó Sonora, bienvenido el gobernador electo del estado de Sonora”, lo recibió el maestro de ceremonias. Ya en el templete, sus hijos y esposa se abrazaban entre ellos, fuerte y prolongado. Su emoción era más notoria incluso que la del candidato. 

Desde el atril, leyendo su discurso como toda la campaña, Durazo retomó las frases de López Obrador sobre gobernar primero para los pobres, la austeridad y acabar con la corrupción, pero también resonó otra frase: “ha hablado la sed de justicia y la voluntad transformadora de los sonorenses”, muy parecida a parte del mítico discurso de Luis Donaldo Colosio, el candidato del PRI asesinado en 1994 y de quien Durazo era inseparable, sobre el “México con hambre y sed de justicia”. 

Durazo no sólo prometió encabezar un gobierno “honesto, incluyente, tolerante, pero sobre todo humano y decente que traerá por fin justicia a nuestros hermanos marginados”, sino llamó a su contrincante a la unidad y hasta delineó las prioridades de los primeros 100 días de gobierno. 

El combate a la corrupción, acabar con “las cuotas y cuates”, estabilización de las finanzas estatales mediante la austeridad, un programa para la recuperación económica por los empleos perdidos por la pandemia, rescate del sistema de salud. 

Aunque la violencia que vive el estado y que dejó incluso el asesinato del candidato de Movimiento Ciudadano, Abel Murrieta, en Cajeme, la promesa de seguridad fue el último punto que mencionó. 

Si bien su paso por la Secretaría de Seguridad no significó disminuir la violencia sino llegar a “un punto de inflexión” en el que “el crecimiento de homicidios dolosos se estabilizó” y que el país sigue rompiendo records en el número de homicidios por año con 35 mil asesinatos dolosos hasta 2021, que significa 97 homicidios por día, Durazo prometió establecer “una nueva estrategia de seguridad para aplicar la paz del estado. Con la participación de alcaldes del estado y con el imprescindible apoyo del gobierno federal”. 

Poco antes de las 10 de la noche, Ernesto Gándara también encabezó un acto masivo para festejar el triunfo, pero el discurso era claramente opuesto. “No nos vamos a dejar. No vamos a permitir que un solo voto pueda ser cambiado, por eso sabemos lo que tenemos qué hacer y paso a paso, voto a voto, casilla por casilla vamos a defender lo que es nuestro, no nos vamos a dejar”.

Durante la campaña, señaló permanentemente que Durazo, a diferencia de él, no tenía arraigo en el estado, que su candidatura era una injerencia desde Palacio Nacional, pero la sombra de la administración del panista Guillermo Padrés, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero, y de la priista, Claudia Pavlovich que recién concluirá el cargo con una deuda creciente en el estado, tienen las siglas de los partidos que lo lanzaron como candidato. 

Aunque sorpresivamente Ricardo Bours declinó su candidatura por Movimiento Ciudadano a favor de Gándara, en los números, no le sumó. Incluso, en las semanas siguientes tampoco le acompañó en eventos de campaña debido a que Bours enfermó de covid. Pero su decisión de declinar, según dijo, fue “la más acertada”, porque no tenía posibilidad de ganar, en cambio su apoyo a Gándara, pretendía “detener a Morena”. 

Gándara, aún en tono retador, pese a la tendencia que ubica a Durazo como ganador, sentenció: “¿Y que dijeron: ya se doblaron, ya se sentaron, ya se hincaron, ya se quedaron callados, pues fíjense que no, y no, y no”. Apenas 20 minutos de iniciado el evento abandonó el lugar tomándose fotos con los asistentes, pero a diferencia de otros mítines, ni los fuegos pirotécnicos encendieron su ánimo ni el de los presentes.