
Hermosillo, Sonora. 05 de enero de 2021.- El espectáculo de encender pirotecnia dura aproximadamente cinco segundos, pero los efectos secundarios causados a personas sensibles a estos sonidos pueden durar mucho más.
Este es el caso de Eicker, un pequeño con síndrome de Asperger -un espectro asociado al autismo-, quien, al asustarse con el sonido de los cohetes, corrió asustado y tropezó de cara al piso la noche del 31 de diciembre, en Empalme, Sonora.
Aunque Emily Quintero, madre del niño, corrió tras él para alcanzarlo y tomarlo en brazos, fue demasiado tarde y Eicker golpeó su cabeza, lo que le causó una inflamación casi inmediata en la frente, según narró su mamá en sus redes sociales.
La familia viajó de Empalme a Hermosillo para someter a Eicker a una serie de estudios médicos y actualmente esperan los resultados; de no ser favorables, deberán acudir para realizar otros análisis.
“Pensé mucho en publicar esto o no, pero al final he decidido darle voz a mi hijo y a muchos otros niños que pasan por la misma situación”, dijo Emily, con el objetivo de concientizar sobre el efecto negativo de hacer uso de pirotecnia.
Así como Emily y Eicker, las redes sociales se han inundado de historias en un grito de desesperación ante la falta de sensibilidad de los ciudadanos, quienes continúan con una práctica que daña a niños y que se hace más común a finales e inicios de cada año.
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